lunes, 16 de julio de 2012

Sobre una opinión bien trancada

Carolina Urbina

“De lo que aún queda por hacer cabrían sugerencias. Una es la de pintar lo que puede pintarse, que no   es  poco, o el cemento que puede retocarse (una mano de gris basalto ayuda). La ciudad del centro luce sucia y tiznada por el smog. Los propietarios bien podrían destinar algún dinero al vinilo exterior y al rodillo. Mejor que ordenanzas sería una campaña cívica voluntaria. Los enrejados y puentes peatonales de Transmilenio, tan ordinarios y monótonos, demandarían muchos galones de pintura, en toda caso necesarios” 
(Lorenzo Madrigal- Bogotá Necesita Pintura).

Quisiera saber en qué siglo vive este redactor y en dónde se ubica para lanzar tantas afirmaciones aseñoradas. Debo reconocer que al leerlo llegué a pensar que estaba leyendo una sátira, me cuesta creer que alguien pueda ubicarse tan fuera de contexto y que además tenga tanta seguridad para enunciarse desde un artículo de opinión en el diario El Espectador.

Esta tarde, de camino a casa, reflexionaba sobre nuestra falta de tacto a la hora de hablar. No nos digamos mentiras, muchas veces hablamos por hablar, para callar al silencio. Pensaba en lo valioso que sería, cuidar un poco más las palabras antes de hablar, de escribir, de comunicar a otros nuestras ideas. Al llegar, me encuentro con esto. Pero, como al fin de cuentas es opinión, parece que todo vale, es un todo que poco se discute.

Acepto que me reí un par de veces al ver tan juntos los siguientes términos:





Mientras su mirada está ofendida, a mi me ofende su indecoro contextual. A mí que me encanta la pintura, cómo la va a dañar con tanto pincel y falta de pulso. No cabe duda que el señor es un promotor del desarrollo, va en línea correcta con el progreso. Pero no menciona, prefiero pensar que se le olvidó, que los planes de renovación urbana vienen marchando desde hace rato, desde que eran proyectos orientados a modernizar a esa Bogotá provincial, modernidad que no ha podido llegar del todo y que se ha dado de la mano con fuertes oleadas de Violencia. La ciudad que observamos hoy, con sus renovaciones a medias, es producto de planes materializado en políticas, puerta abierta a la inversión. Entonces, plata es lo que hay, pero para los grandes promotores e inversionistas que saben utilizar muy bien el discurso cultural -Universal-, atesorado en museos y estatuas. Sí, allí está resguardado, a salvo, mientras en los límites de esos muros embellecidos, aumenta el número de desarreglados-desubicados-desplazados que no se saben Pintorrear.

¡Ay! Si el mirar realmente se acompañara de una visión Panorámica.

Por si quedan dudas fue publicado el 15 Julio del 2012, sí es de este año, a las 11:00 pm.
http://www.elespectador.com/opinion/columna-360057-bogota-necesita-pintura

Para contrastar, una opinión que resulta menos Ostentosa y Arribista*. La colonización de Las Aguas:
http://m.elespectador.com/impreso/bogota/articuloimpreso-colonizacion-de-aguas


* Es una Opinión
Ostentosa: Magnífica, suntuosa, aparatosa y digna de verse.
Arribista: que progresa en la vida por medios rápidos y sin escrúpulos.